Era la primera vez que iba a un recital tan grande, así que la idea de llegar hasta allá, sola, me asustaba un poco (especialmente, por que para mi Nuñez, es un barrio totalmente desconocido).
Llegue, sana y salva a la cancha. Me esperaba una caminata de mas de 10 cuadras, para entrar por Udaondo al campo.
Al final fue todo menos traumático de lo que pensé, y a las dos horas de salir de la office, ya estaba dentro de River.
Esperar, esperar y esperar, ese fue the key verb de las ultimas horas de la tarde, lo que me dio una buena oportunidad para observar la fauna que me rodeaba. Mucho puto viejo con chongo joven al lado, mucho grupito de lulas, mucho extranjero dando vueltas (!?) y mucha, pero mucha conchetita dando muestras de histeriqueo. Por supuesto, como corresponde a la vida moderna que llevamos, muchos con la camarita de fotos o el celu, documentando su participación en lo que fue uno de los recitales del año.
Poco a poco la cancha se llenaba, me asaltaron cuando me cobraron un agua saborizada $8, pero lo olvide cuando Oakenfold comenzó su dj set. Unos pocos coreábamos los mash-up de Rhianna o Eurhytmics y tratábamos de agitarla un poco, pero a la mayoría no le interesaba o conocía las canciones como para preocuparse...
Dentro de poco la II parte.
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