viernes, 8 de abril de 2011

Lluvia cae lentamente sobre mi

Tengo tanta tanta suerte que hoy se decide a llover media hora antes que me tenga que ir del trabajo. Como tengo una vida tan ocupada no tuve tiempo de ver el pronostico, así que ni sabia que existía la posibilidad de lluvia, y por consiguiente no tenia paraguas. Haciendome la valiente decidí irme igual y mojarme lo menos posible. Llego a la parada, y miro esperanzada el horizonte esperando ver aparecer el bendito bondi.

Como ya dije antes, tengo taanta suerte que, por supuesto, el único bondi que no venia era el que yo me tenia que tomar; pero yo estoica parada en la calle con mi pobre alma a cuestas mojandome. En algún momento, se me prende una lamparita y me refugio en la puerta de una casa, y seguí esperando; la gente iba y venia yo seguía esperando.
De repente, un perro cruza la calle y se me acerca, me mira, y se sienta cerca de donde yo estaba. Al perro obviamente también se le prendió una lamparita y decide que va a estar más seco si comparte conmigo mi refugio. Primero mete la cabeza, después pone una patita y termina con todo el cuerpo metido. Que iba a hacer yo en ese momento? Lo más lógico dirán, no no sentí que el perro me echó, así que busqué otro refugio mientras lo recontraputeaba. Desde mi nuevo refugio lo miro al perro y me dió la sensación que tenia cara de loco. A los dos segundos que yo me había corrido, el perro se me vuelve a acercar! Me mira y se sienta a mis pies. De más está decir que me asusté, así que me volví a mi refugio original. Que hace el puto perro? Me mira y se me acerca!!

Ya totalmente fuera de mis cabales, y pensando que el perro al ver mi tierna carnecita iba a querer darle una mordida; cual colegiala asustada tomo el primer taxi que veo venir.

Que aprendemos de esto? No sólo que soy una persona muy susceptible, sino que soy media boluda (si me miran con un ojo cerrado)