Creo que es la primera vez desde que tengo uso de memoria (hace un par de años el alcohol hizo estragos en mi mente), que tengo hombres (si, si, si en plural) pululando alrededor.
De la nada, y como quien no quiere la cosa, apareció Fido,
el sobrino de mi jefa y empleado de mi empresa, la contra (siempre hay una) es que vive y trabaja en Córdoba. Las conversaciones que tenemos son de un tenor, que hasta a mi me escandalizan. A pesar de que hace poco que empezamos a chatear, ya estamos planeando una escapada a sus pagos para un fin de semana salvaje.
Después, esta Gon, un amigo de mi hermana al que me reencontré en un boliche en Navidad, yo totalmente tomada, al punto del colapso, y me saco la dirección de MSN. Desde ese momento, cada vez que aparezco como conectada, me atosiga, pero mal, la verdad es que no es una situación muy cómoda que digamos, pero yo soy muy buena persona como para desatmitirlo (??)
El que, recién salio calentito como pan del horno es Pablo, hijo de la mejor amiga de madre, sobrino del novio de madre, y conocido mio desde que nací (y no estoy exagerando). Cada tanto, nos hemos encontrado, solos, y cometimos un par de travesuras. Hacia mucho que no salíamos, y después de vernos varias veces en eventos que juntaban a las dos familias, el pez ha picado. Estamos planeando salida para hoy.
Y, ultimo, pero no menos importante: G. El, que siempre sabe cuando lo estoy olvidando, para volver a aparecer, dejo un mensaje en el teléfono de casa. Sus palabras fueron las mismas de siempre después de nuestros alejamientos, que tiene muchos problemas, que siempre se acuerda de mi, que me quiere y una larga lista de etceteras que ya empezaron a aburrir.
Por supuesto, que con ninguno de los cuatro voy en serio, y ni siquiera quiero pensar en mi mala suerte, que siempre aparece justo cuando el curso de mi vida enfila para otro lado, pero esta bueno, y es bastante inesperado esta disponibilidad de hombres (aunque a dos de los nombrados este adjetivo les queda grande)