Por medio de la presente, le quiero agradecer efusivamente al chofer de la linea 76 que me llevó hoy a la mañana desde mi casa al trabajo por hacerme la vida más emocionante e interesante.
No sólo por la manera intrépida que tenía para manejar (acelerando a más no poder para parar abruptamente en todas las paradas; con el consecuente bamboleo de todos los pasajeros); sino también porque a poco de empezar mi recorrido, me di cuenta que es sr leía el diario mientras manejaba!, lo que provocó en mi un escalofrío como hace tiempo no sentía.
Gracias sr colectivero: por lograr que me despierte cuando siempre voy como un ente durante ese trayecto, por hacer que todos mis sentidos se mantuvieran alerta como si estuviera caminando por Lugano a las 3 de la matina; y finalmente, por hacerme creer en la religión católica de nuevo. Mi abuela también se lo agradece.
Experimento Negro - Brillame
Hace 4 años
11 comentarios:
Jajaja, grosa!
jajaja, te faltó agradecerle por darte buen material para este post!!!
Julieta: Gracias, no lo merezco, es todo merito del colectivero
Tararira: Es verdad, la proxima vez que me lo cruce le voy a agradecer
jajaja ¿ningún moretón? ¿ninguna manchita en el calzón?
Es que es un profesional.
Criatura: Jajaja. Casi, casi pero no no llegue a eso
Ale: Totalmete, se notaba por su fria formar de manejar la situacion
Jaja, esos choferes son grossos, como los que putean o los que maltratan a las viejas que ponen monedas y les falta y se quejan porque no sale el boleto...
Jajajaja Gracias señor Colectivero xD
Debió ser divertido el viaje che, jaja. Me gustó el blog
Tomas: Esas situaciones son las mejores! Pobres las viejitas!
Luz: Y eso que el 76 no es de las peorcitas. Muchas gracias!
Creo que este post tiene un mensaje subliminal: Dios viaja en la linea 76 y satán lo maneja.
Jennifer: Jajaja. Tal cual!
Publicar un comentario